domingo, 10 de febrero de 2013

CON MONÓTONA TRISTEZA...

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Con monótona tristeza, siempre siento
en las horas que paso en mi trabajo
(lío de oficinas, anuarios financieros,
planillas, ordenadores, biblioratos),
que no hay nada mío en este sitio.
En sus balances sólo se ven datos
de fríos números ante los que añoro
las cálidas palomas de tus manos.
No están allí los besos de mis hijos,
ni los ladridos de mi perro Pancho,
ni mi cotorra australiana Lechuguin.
Y, pensándolo bien, hasta yo falto,
pues no soy yo ese en el escritorio,
ese, mas bien, es un espantapájaros
porque no vuelan los poemas por el cielo
fluorescente del lugar donde trabajo.

Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor.

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