domingo, 10 de febrero de 2013

LA MENDIGA

Foto © Daniel  Adrián  Madeiro

Esta mujer y su niño
viven vidas amputadas,
se puede ver en sus ojos
que les falta la esperanza.


Quién sabe por qué razón
es la vereda su casa;
por qué la mano extendida
le ruega a todo el que pasa:

Cómpreme, señor, le pido.
Cómpreme, que es poca plata.
Todo seguimos camino
rehuyéndole la mirada.

En sus brazos mece al niño
que sueña con un gigante;
pero se ríen las vidrieras
de que el niño tenga hambre.

La ilusión cae en el cemento
como un castillo del aire:
Se enfrían los sentimientos.
Dios huyó de Buenos Aires.


Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor.

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